La forma menos vaporosa del Estado Social de Derecho ha recibido el nombre de «Estado del Bienestar», que no señala un bienestar de todos en el área de las potencias hegemónicas y que se funda en el malestar de casi todos en el ámbito de los países dependientes, como han denunciado tantos críticos del neo-imperialismo y de la globalización. Esta modalidad del Estado no aparece como un telos de la lógica política del Capitalismo: puede venir y puede irse, se acerca y se aleja.
Hoy tiende a difuminarse, en lo que atañe a los países del sur de Europa; pero persevera y hasta se fortalece en otros, europeos y no europeos. Pretendo contribuir a su crítica, pues la percibo como la mayor engañifa, como el engendro más falsario, más venenoso, que cabe disponer para la justificación (legitimación) de la coerción gubernamental y de la explotación social, para la perpetuación de la casta política y del canon de vida de los sectores burgueses y «aburguesados» (de un lado, y por definición, empresarios, banqueros, funcionarios, etcétera; de otro, cuantos trabajadores, empleados o desempleados, se reconocen en la disposición psicológica —antes decíamos «mentalidad»— de la clase dominante, en su «carácter social»: el sector mayoritario de la población, en las naciones del Norte).
¿Cómo se descargan los programas? → link