La actualidad de la pasada semana nos lleva hasta Iruñerria, hacia el llamado “chalé de Caparroso”, desalojado con su proverbial falta de tacto por la policía municipal de la capital navarra el martes 15 de noviembre. Al otro lado del teléfono tenemos a un compañero esperándonos para contarnos no sólo lo ocurrido aquella mañana, sino también los antecedentes de ese espacio: la trayectoria de este año, la actual situación de la gazte asanblada de Iruña así como los desafíos y las dificultades que le esperan de ahora en adelante, que no son pocas.
Y de Iruña volvemos hasta Ortuondo, el gaztetxe de Galdakao, retomando así la entrevista a la que dimos comienzo en el anterior avance de correspondencia y sumergiéndonos en sus orígenes, sus primeros pasos, las anécdotas y las experiencias que lo nutren, sus aciertos, sus errores. Para ello contamos de nuevo con la inestimable presencia del colega de la otra vez, siete días más viejo y más sabio que hace una semana, pero igual de bien conservado.
Y finalizamos con los primeros compases del Comunicado urgente contra el despilfarro, aquella carta que llegó de Francia allá por los 70′ y que, a día de hoy, sigue convenciéndonos, haciéndonos sonreír y apasionándonos como hacía antaño. Pues, como decían nuestros amigos en el exilio, la revolución de la comuna es contra el Tiempo mismo. Sólo una cosa urge entonces, y es no tener prisa.
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