“Si existe alguna posibilidad de no sucumbir al desmoronamiento de la
sociedad capitalista, solo podrá consistir en la autoconstitución de la
población proletarizada bajo presupuestos realmente antagonistas, es
decir, mediante la transformación de sus condiciones materiales de
existencia desde sí misma y para sí misma, y no desde planteamientos
meramente verbales, discursivos, simbólicos o institucionales”
(Capitalismo Terminal. Anotaciones a la sociedad implosiva)
Esta semana, de la mano de Corsino Vela, autor de Capitalismo Terminal , nos adentramos en el análisis de la fase actual del capitalismo. Y lo haremos a través de los límites con los que se encuentra el Capital para continuar con sus ciclos de acumulación, las respuestas en el ámbito de la empresa y ejemplos de conflictividad durante las últimas décadas. Así como poniendo sobre la mesa el poco recorrido de las respuestas desde el reformismo institucional en el contexto de crisis capitalista.
El capitalismo porta en sus genes una enfermedad degenerativa que, en las últimas décadas, muestra todos los síntomas de haber pasado al estado de terminal. Ni la respuesta tecnológica (robotización, nuevas líneas productivas), ni la organizativa (subcontratación, terciarización), ni tampoco la respuesta espacial (ciclos productivos de China y el Sur de Asia) han logrado elevar las tasas de rentabilidad de forma sostenida y duradera.
Respuestas paliativas de una enfermedad en proceso de metástasis. Que alcanza las propias dimensiones culturales y sociales de ese estado terminal. El carácter totalitario del capitalismo y su expansión y extensión hacia todos los ámbitos de la vida humana, provocan a su vez la incapacidad de estas mismas sociedades de autoanalizarse y comprender la naturaleza de esta decadencia que abarca ya todo el cuerpo: social, económico, cultural, ideológico. Pero también los automatismos de una reacción política insuficiente, y a la postre inútil, fundada en la insistencia en el reformismo que, dentro de los marcos de un Estado y un capitalismo en crisis, ya no resulta viable
