Queríamos despedir el año con algo un poco más “lúdico”. De hecho, no vamos a hablar de una persona de
carne y hueso, si no de uno de los personajes de ficción más conocidos cuando se acerca la navidad; y no, no se trata de Santa Claus, Papa Noel o el Niño Jesús; hoy en personas, cuando se cumplen 174 años de la publicación de “A Christmas Carol” de Charles Dickens, vamos a dedicar el programa al señor. Scrooge!
Avaro, amargado, egoísta, misántropo…Ebenezer Scrooge era un hombre sin corazón al que solo “conmovía” el dinero y los negocios…hasta que, una noche mágica, un 24 de diciembre, la “intervención divina” hace que sea visitado por tres espíritus: los Fantasmas de las Navidades Pasadas, Presentes y Futuras; y, entre todos, logran que Scrooge se convierta en un hombre “nuevo” que mira a la humanidad con bondad a través de su renovado corazón.
Así, como nos lo cuenta Charles Dickens, es difícil no “amar” la navidad., creer en los “espíritus” y en la redención como “motor del cambio” y dar gracias a Dios por su “benevolencia”; incluso, durante el miserable mundo que dibujaba el capitalismo industrial del S. XIX.
Pero Scrooge, como todo arquetipo, tiene muchas lecturas, más incluso de las que Dickens creyó, y éstas no son tan benévolas en la mayoría de los casos.
Más de 200 años después (este martes 19 se cumplen exactamente 174 años de su la publicación de “A Christmas Carol” 1843), el intento de Dickens por “cambiar” la dura realidad a través del “cuento”, bueno, de la literatura, ha resultado ser otro fracaso más por hacer de éste, un mundo “mejor”. Solo tenemos que observar las consecuencias del capitalismo financiero y no apartar la mirada.
De Scrooge, Dickens, la literatura, de la redención, de la navidad, de la revolución industrial, el capitalismo o el neoliberalismo; de todo eso y mucho más (p.ej. ¿Qué atributos tendría Scrooge en las navidades del
consumo obsceno de la actualidad?).
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